Elisabeth Eidenbenz (1939-1944)
En el año 1939, cuando la Guerra Civil se encontraba en su fase final, miles de españoles abandonaban el país para dirigirse a Francia a través de las fronteras catalanas. Se cree que alrededor de 450.000 refugiados llegaron al país vecino. Sin embargo, una vez allí se dieron de bruces con la realidad de un país que acababa de entrar en la Segunda Guerra Mundial.
La gran mayoría de estos refugiados fueron confinados en varios campos de concentración donde las condiciones de vida higiénico-sanitarias eran deplorables. Muchos de ellos murieron al no poder soportar la desnutrición y las enfermedades que sufrieron durante su reclusión. Especialmente grave era la mortalidad infantil que llegó a porcentajes del 95% en niños menores de un año. En medio de este clima de dolor y desolación llegó la esperanza para decenas de mujeres embarazadas de la mano de la joven suiza Elisabeth Eidenbenz, la ‘señorita Isabel’.
Elizabeth Eidenbenz había llegado a España en 1937, en plena Guerra Civil para colaborar con el comité de ‘Ayuda Suiza a los Niños de España’. Este comité de ayuda, encabezado por Rodolfo Olgiati, colaboró con el reparto de comida, ropas y medicinas al grupo más desfavorecido de aquella sociedad como eran los niños. A la hora de ayudar no hubo distinciones y el socorro se ofrecía por igual a ambos bandos contingentes.
Se pusieron en marcha comedores sociales para niños y ancianos, se hicieron programas para evitar la desnutrición infantil y se abrieron dispensarios de ropa. Tras la entrada en Madrid de las tropas franquistas, los voluntarios suizos fueron expulsados de España, pero su labor humanitaria no terminó aquí. Muchos de ellos se trasladaron al sur de Francia donde siguieron operando en los campos de internamiento que acogían a miles de refugiados españoles.
Viendo las precarias condiciones de vida de los bebés y de las mujeres embarazadas en aquellos campos, Elizabeth decidió convertir un viejo palacete, el Château d’En Bardou, situado en la pequeña localidad de Elna, en una maternidad donde la mujeres pudiesen dar a luz a sus hijos en un ambiente tranquilo y con buenas condiciones higiénicas y sanitarias; nacía la Maternidad Suiza de Elna.
Entre diciembre de 1939 y abril de 1944, cuando la Maternidad fue clausurada por los alemanes, nacieron allí casi 600 niños de 22 nacionalidades distintas, 400 de ellos españoles. Durante estos cinco años, Elizabeth logró habilitar un pequeño espacio para la esperanza en medio de tanta desolación.
La existencia de la Maternidad Suiza de Elna nos permite conocer la manera en la que se trabajó en aquel tiempo para ayudar a las mujeres españolas y judías (que fueron acogidas posteriormente) a que sus condiciones de vida fuesen más dignas y a que los niños nacieran y crecieran en un ambiente de paz y tranquilidad.
Elizabeth Eidenbenz, la ‘señorita Isabel’, que era como la conocían las mujeres que pasaron por la Maternidad, supo llevar a cabo un proyecto que ha quedado grabado en la memoria de cientos de personas que se vieron beneficiadas por su labor. Su trabajo quedó en el olvido durante muchos años pero en el año 2002, Israel le concedió una distinción que dedica a las personas que ayudaron a los judíos durante la persecución nazi, el nombramiento de Justo entre las Naciones. En 2006 el Gobierno de España le concedió la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social y la Generalitat de Cataluña le otorgó la Cruz de San Jordi. El Estado francés le otorgó la máxima distinción que concede este país, la Legión de Honor en 2007.