¡Hola! Mi nombre es Meli y soy maestra de Educación Infantil. Actualmente me encuentro trabajando en el C.R.A. Montesnegros, como maestra de inglés en Educación Primaria y, además, trabajando también en la etapa de Educación Infantil.

Al principio, todos pensábamos igual sobre el COVID-19: “aquí no llegará”. Pero, poco a poco, se fue extendiendo llegando a Italia. Ahí, ya empezó a generarse cierta duda de si llegaría a España, al menos entre mis compañeros. Así, fuimos viendo cómo salían casos y que esto se llegaría a extender.

La semana anterior a que se decidieran cerrar los colegios, el ambiente ya estaba caldeado. Ya hablábamos de si se iba a cerrar, qué iba a pasar, etc. Incluso, ese viernes teníamos preparada una convivencia junto con las localidades que pertenecen al C.R.A. y antes de conocer la decisión de cerrar los colegios, la directora del centro, decidió suspender la convivencia que tanto trabajo y esfuerzo nos había costado preparar y organizar.

Jueves, 12 de marzo, convivencia cancelada. “Preparaos que nos van a cerrar, id pensando cómo os vais a organizar”.

Viernes, 13 de marzo: “Decídeles a los niños que se lleven todo el material a casa”

Lunes, 16 de marzo: Colegios cerrados.

Desde el jueves la cabeza me funcionaba a mil: “¿Cómo lo hago?” “¿Cómo organizo a niños de 1º, 2º y 3º de Primaria, para que trabajen de forma autónoma desde casa?”

En el centro no se usan plataformas para que los niños suban trabajos o compartan información. En mi caso, en inglés, mucho menos. Trabajamos de forma grupal, apoyándonos unos a otros, escuchando audios, leyendo y oyendo cuentos, planteando actividades que incluyan el juego, intentado por todos los medios que empiecen a usar sus habilidades orales… y, ahora, ¿les tengo que mandar fichas? En la realidad y el contexto en el que vivo, no es muy viable el uso de plataformas por falta de medios o recursos.

Desde el viernes 13 de marzo al lunes 16 de marzo, mis días y horas fueron eso, estar programando, viendo la forma de continuar, creando formas de hacerles llegar el contenido para trabajar desde casa. No, yo no estuve sentada en el sofá viendo pelis y series. No, yo no estuve descansando. YO ESTUVE TRABAJANDO.

Pendientes de cómo evoluciona, de que órdenes se nos dictan desde el Gobierno, amoldándonos a cada cambio en una misma semana, elaborando documentos para justificar que TRABAJAMOS. NO ESTAMOS DE VACACIONES.

No nos estamos pegando “la vida padre”, no estamos de vacaciones, no estamos cómodamente en casa. Estamos pensando en cómo mejorar esta situación, que sea más llevadera tanto para ellos como para los padres.

Padres que tienen que trabajar desde casa o salir a trabajar, ya que, la zona en la que se encuentra mi centro, la mayoría de padres y madres trabajan en el sector de la ganadería y la agricultura. Y como vosotros sabéis, ese oficio, no se puede dejar, no se pueden abandonar los animales ni a los árboles. Tenéis que seguir alimentándolos y cuidándolos para poder dar de comer al resto de la población.

No puedo estar más de acuerdo en que los alumnos de la ESO, de bachiller y de la universidad, pueden, aunque con mucho esfuerzo, seguir trabajando desde casa. Tienen mayor dominio de las tecnologías, muchos cuentan con móviles propios, que aunque no sea un ordenador, les permite cierta autonomía para trabajar.

Ahora viene, cuando después de todo el trabajo que están llevando a cabo todo este conjunto de alumnos, se les dice: “en julio, a clase”. Cosa que espero y confío que no se haga realidad, pero hasta que no llegue no lo sabremos. ¿Cómo creéis que responderán? ¿Alguien ha pensado si es realmente beneficioso para ellos? No hace falta pensar mucho, para saber que no. En julio, cada niño a su casa, a descansar que ahora no lo están haciendo. Y, sé, que cuando todo esto acabe, me tendré que escuchar muchos: “qué bien desde marzo vacaciones”. Aunque, esa persona, no tenga la mínima idea de lo que se está trabajando actualmente. 

Pero, ¿y los niños de 3, 4 y 5 años? Creo que tienen una gran batalla entre sus manos. Estos niños viven de rutinas, las necesitan. Pues, esas rutinas se han acabado, se han desmoronado. De repente, no salen de casa. No ven sus abuelos, con los que muchos pasan varias horas. No se levantan, desayunan, se visten, van al cole… Con superar eso, tienen mucho trabajo hecho.

Controlar sus emociones, son niños, no saben gestionarse. Ese es otro trabajo muy duro que tienen que hacer. Los números, las letras, los animales, los colores… las cosas por las que nos preocupamos tanto, ya llegarán, o se aprenderán en casa de la forma más sencilla.

Cuando hablamos con ellos, les enseñamos: “María, pásame la pelota roja”. La niña, ya está activando su mente. Ha tenido que atender a la orden, procesar la información, seleccionarla. ¿Qué me ha pedido? Una pelota. ¿De qué color? Roja. Debe saber localizarla, cogerla y llevarse a su padre, madre, hermano, etc.

Creo que lo que nos ha faltado, y no solo desde el ámbito de la educación, es priorizar. Pensar qué es realmente lo más importante. ¿Qué es más importante? ¿Qué niños de Educación Infantil (que bastante tienen con no salir de sus casas y haber cambiado sus rutinas) tengan mil fichas y actividades para hacer, o que disfruten del tiempo “extra” que tienen en casa con sus padres?

Estos niños se encuentran en un continuo aprendizaje y tienen una mente absorbente.

Por favor, dejadles ser niños estas semanas o meses. No os agobies pensando, “no estarán aprendiendo”. Todos esos aprendizajes les llegarán.

Para mí está claro, que disfruten. Que disfruten de sus padres, de estar en su casa, de estar con sus hermanos, que aprendan a poner la mesa, a recoger sus juguetes, a pasar las pinzas a papá para tender, a llevar la ropa a la lavadora o la cesta de la ropa sucia, a controlar sus enfados por no poder salir de casa, a hacer un bizcocho con papá, a construir el robot más grande del mundo con mamá… Hay millones de cosas que los niños pueden aprender, y para ello, no necesitan estar sentados ni frente a una pantalla ni en una mesa con fichas.

Vivir el día a día de una casa, la convivencia, la relación con la familia… también es un contexto en el que se aprenden muchas cosas.

“¿De verdad pensamos en decirles a nuestros jóvenes, cuando se acabe el confinamiento, que se vuelvan a encerrar a estudiar? (…) Cuando los niños regresen al colegio, habrá una necesidad de cercanía, los alumnos necesitarán expresarse, hablar, abrazarse… Y el espacio educativo tienen que dar cabida a ello” (Jaume Carbonell)

Esa última frase, es clave para mí. Yo quiero volver y pegarles un achuchón a todos mis niños. Lo que me está quedando claro durante estos días, es que una educación a distancia para estos niños no es lo adecuado. Para poder enseñar y aprender debemos estar juntos, compartir, jugar, relacionarnos… Necesito verlos, que me cuenten lo que han hecho el fin de semana, que me traigan un dibujo, enfadarme con ellos porque no paran de hablar, etc.

Yo, quiero volver a mi cole.

Pd: os invito a que leáis el post que ha escrito César Bona en Facebook.

2 Responses to “EL CURRICULUM NO DECÍA NADA DE ESTO” César Bona

  1. Laura dice:

    Meli cómo tú, yo también soy maestra de infantil, soy rural y además mamá de día niños. No puedo estar más de acuerdo contigo, y con César en su artículo. Está pasando algo muy gordo a nivel mundial y parece que ni aún así estemos siendo consciente de lo que realmente importa. Reflexionemos todos un poco más y aprendamos de una vez a Vivir!

    • Meli dice:

      Me alegro mucho de oír esto de otra maestra!! Creo que nos falta, cómo puse priorizar, pero no sólo en Educación, en todas las áreas. Además, es imposible que debemos una buena educación ahora mismo, cuando cada semana nos hacen hacer una cosa, rellenar un documento, etc. Sólo para justificar que trabajamos, sólo para decir por qué cobramos. Cuidate mucho y después de esto volveremos a nuestros coles!

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