28 de febrero, llevamos días oyendo casos de un nuevo virus que empezó en Wuhan, dejando miles de muertos y miles de infectados, y que empieza a remitir en España. Todo el mundo habla de que es una gripe, y que los más vulnerables son las personas mayores y con patologías graves…. Pero, ¿cómo se ve desde la perspectiva de una embarazada?
De normal cualquier situación te incomoda, te pone en alerta, te hace pensar más de lo que deberías… Pues bien, ésta es una de esas situaciones que perturban tu cabeza a cualquier hora del día. Te toca ir a revisión, todo está bien, pero llegas a tu casa con la desconfianza de si te habrás infectado en la estancia del hospital.
Aprueban el confinamiento, los colegios, institutos y universidades se cierran, los establecimientos que no son de primera necesidad también, todo el mundo debe permanecer en casa y ahí cada uno aporta lo mejor de sí mismo, salimos a aplaudir a los balcones a los sanitarios y personas que día a día están al pie del cañón.
El miedo al desabastecimiento hace que la gente compre en demasía llegando a vaciar las estanterías de muchos supermercados. Primeras dos semanas, demasiada incertidumbre, muchas personas tienen que acudir a sus trabajos sin ser de primera necesidad y los infectados cada día son más.
Nuestros sanitarios, los héroes de esta historia trabajan exponiendo su vida por que los medios no son los necesarios. La unidad militar, monta hospitales de campaña para poder hacer frente a la pandemia, muchas empresas y personas se dedican a hacer material sanitario porque no les abastecen de material necesario.
Y hay que restringir más las medidas de confinamiento…. Solamente pueden ir a trabajar los servicios básicos, alimentación, sanidad, y transportes específicos…
Ya llevamos un mes confinados en nuestras casas, echando de menos a nuestros familiares y amigos, que sólo podemos verlos por videollamadas.
Pese a la situación crítica, nuestra ilusión por teneros con nosotros es mayor hemos empezado a recibir cositas, hemos montado el carrito, las cunas y mini cunas, empieza a llegar la ropita, dentro de todo el caos, es imposible perder la ilusión, mandamos fotos de todo lo que nos llega a la familia y amigos, para que en la distancia compartan estos momentos con nosotros.
Nos damos cuenta de la importancia que tienen los ratos que pasamos con amigos, las comidas familiares…
Estamos en la recta final, y como todo en este embarazo ha sido sorpresa tenéis ganas de salir y nos dejan ingresados. No podemos recibir visitas pero aún en la distancia sentimos a todos cerca, muchas llamadas, videollamadas, whatsapp, nadie quiere perderse la llegada de dos princesas que tanto nos han costado conseguir.
Todos hemos tenido tiempo para reflexionar, y darnos cuenta que aún teniendo todos los privilegios a nuestro alcance, la felicidad es algo más simple, es la libertad de hacer lo que tu quieres una libertad que éste maldito virus nos ha robado durante meses.
Felicidad es la libertad de tomar un café con tus amig@s, es pasar tiempo con tu familia, es algo inmaterial que sólo nosotros podemos conseguir disfrutando el hoy, el ahora. Ojalá nos enseñe a ser más felices, más libres, y a disfrutar más de las pequeñas cosas del día a día.
Ojalá esa felicidad sepamos transmitirla a nuestros hijos…. Al fin y al cabo, ¡ellos también han sido héroes en toda esta guerra!